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Por Estela Fuentes 20 de marzo de 2024
Enfermedades autoinmunes y epigenética: ¿El destino está escrito o lo escribimos nosotros? Hasta hace no mucho tiempo, el paradigma reinante nos llevaba a creer que nuestros genes eran como un destino inamovible, dictando nuestra salud y predisposición a enfermedades de manera inalterable. Sin embargo, los avances científicos han desafiado esta concepción estática y nos han revelado un mundo mucho más complejo y fascinante: la epigenética. La epigenética nos enseña que no todo está determinado por los genes que heredamos de nuestros ancestros. Si bien estos genes proporcionan el "potencial" para ciertas enfermedades o características, su expresión no está grabada en piedra. De hecho, nuestro estilo de vida y el ambiente que nos rodea juegan un papel crucial en decidir si esos genes se activarán o permanecerán silenciados. Imagina los genes como pistolas cargadas: tienen el potencial de causar daño, pero necesitan un gatillo para disparar. Aquí es donde entra en juego la epigenética. Este campo de estudio se encarga de estudiar las modificaciones químicas que ocurren en el ADN y en las proteínas asociadas, influenciando la actividad génica sin cambiar la secuencia de ADN en sí. En pocas palabras, la epigenética aprieta o suelta el gatillo de nuestros genes. Esto significa que las enfermedades que heredamos no son un destino inevitable. Inicialmente, estos genes pueden estar "desactivados", pero dependiendo de la interacción entre nuestro estilo de vida y el ambiente, pueden ser activados o permanecer en silencio. Por ejemplo, la dieta, el ejercicio, el estrés y la exposición a toxinas ambientales pueden influir en cómo se expresan nuestros genes y, por lo tanto, en nuestra salud. Esta comprensión más amplia nos empodera. Ya no somos simplemente marionetas de nuestros genes, sino que somos cocreadores de nuestra salud. Podemos tomar decisiones conscientes sobre nuestro estilo de vida y entorno, sabiendo que estas elecciones tienen un impacto directo en la activación o desactivación de nuestros genes. En resumen, la epigenética nos muestra que nuestro destino no está predeterminado por nuestros genes. Los genes pueden cargar la pistola, pero es la epigenética la que decide si se aprieta o no el gatillo. Este conocimiento nos invita a reflexionar sobre cómo podemos influir activamente en nuestra salud y bienestar, asumiendo un papel activo en la escritura de nuestro propio destino genético. .
Por Estela Fuentes 2 de agosto de 2023
¿Te has preguntado alguna vez qué factores pueden estar afectando a tu microbiota intestinal y cómo esto puede impactar en tu salud? La microbiota, también conocida como flora intestinal, es una comunidad compleja de microorganismos que juegan un papel crucial en la digestión, la absorción de nutrientes y el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico. Aquí te presento algunos de los factores que podrían estar empeorando o desequilibrando tu microbiota: 1.- Uso de antibióticos: Si bien los antibióticos son útiles para tratar infecciones bacterianas, su uso repetido puede reducir la diversidad bacteriana en el intestino. Es recomendable utilizar los antibióticos de forma prudente y siempre bajo supervisión médica. 2.- Exposición a tóxicos ambientales: Los tóxicos ambientales presentes en alimentos, aire y agua pueden afectar negativamente a la microbiota intestinal. Estas sustancias pueden favorecer el crecimiento de bacterias firmicutes, cuyo aumento se ha relacionado con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad. Reducir la exposición a estos tóxicos puede ser beneficioso para mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal. 3.-Consumo de alcohol: El alcohol puede alterar la composición de la microbiota y causar un sobrecrecimiento de ciertas bacterias. Además, afecta la salud hormonal al aumentar los niveles de estrógenos. Moderar el consumo de alcohol es importante para mantener un equilibrio adecuado en la flora intestinal y en el sistema hormonal. 4.-Exceso de grasa corporal: La acumulación excesiva de grasa corporal puede estar asociada con un desequilibrio en la relación entre las bacterias firmicutes y bacteroidetes en el intestino. Es importante mantener un peso saludable para mejorar las inflamaciones y restablecer esta relación de manera adecuada. Si te preocupa el estado de tu microbiota y deseas mejorar tu salud intestinal, te animo a tomar medidas para protegerla. Adoptar una dieta equilibrada, rica en fibras, frutas y verduras, y reducir el consumo de alimentos procesados y azúcares puede ser de gran ayuda. Además, llevar un estilo de vida activo y gestionar el estrés también contribuye positivamente al bienestar de tu microbiota. #microbiota #saludintestinal #bienestarysalud #cuidadointestinal #vidaactiva
Por Estela Fuentes 1 de agosto de 2023
El cuerpo humano es un sistema complejo y fascinante, donde miles de microorganismos trabajan en simbiosis para mantener nuestro bienestar. Sin embargo, cuando esta armonía se ve alterada, surgen problemas de salud que a menudo pasan desapercibidos. En esta ocasión, exploraremos un tema fundamental pero poco conocido: la disbiosis intestinal y cómo afecta a nuestra salud física y mental. El desequilibrio microbiano en el intestino: El intestino es el hogar de una gran variedad de microorganismos, que incluyen bacterias beneficiosas y patógenas. Normalmente, existe un equilibrio delicado entre estas bacterias que asegura el funcionamiento óptimo del sistema digestivo y el bienestar general. Sin embargo, en ciertas situaciones, este equilibrio se rompe, y se produce lo que se conoce como disbiosis intestinal. En la disbiosis intestinal, la proporción de microorganismos se altera. Los microorganismos beneficiosos, que son responsables de producir el moco intestinal y sustancias como el butirato (fuente de energía para las células intestinales), disminuyen en cantidad. Esto puede dar paso al crecimiento de microorganismos patógenos que dañan la mucosa intestinal, activan el sistema inmune y comprometen la integridad de las estructuras intestinales. Consecuencias de la disbiosis intestinal: Los efectos de la disbiosis intestinal pueden ser variados y afectar a múltiples sistemas del organismo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen problemas digestivos, ansiedad, dificultad para perder peso, fatiga crónica y resistencia a la insulina. Uno de los factores clave en este desequilibrio es la carencia de butirato, la principal fuente de energía para algunas bacterias beneficiosas. Esto conduce a que estas bacterias busquen otras fuentes de energía, como los azúcares. Sorprendentemente, estas bacterias pueden incluso enviar señales al cerebro para que consumamos más azúcar, creando un círculo vicioso difícil de romper. SIBO (Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado): Dentro de la disbiosis intestinal, un fenómeno conocido como SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado) merece especial atención. En el intestino delgado, donde deben predominar pocas bacterias para una adecuada absorción de nutrientes, ocurre un crecimiento anormal de microorganismos. Esto lleva a una incorrecta digestión, intolerancias alimentarias, malabsorción de nutrientes y déficits de vitaminas, contribuyendo aún más a la fatiga y afectando significativamente la calidad de vida. Permeabilidad intestinal y sus consecuencias: La disbiosis intestinal y el SIBO pueden dañar la mucosa intestinal, debilitando las uniones entre las células y permitiendo el paso de sustancias nocivas, toxinas y moléculas no digeridas hacia el torrente sanguíneo. Esta permeabilidad intestinal puede desencadenar respuestas inmunitarias, afectar el metabolismo y desregular el sistema hormonal. Además, algunas partículas pueden cruzar la barrera hematoencefálica y alcanzar el cerebro, provocando enfermedades neurológicas y trastornos cognitivos. Conclusión: El cuidado de nuestro sistema digestivo es esencial para mantener una salud óptima y prevenir una serie de síntomas y condiciones que pueden afectar negativamente nuestra calidad de vida. La disbiosis intestinal y el SIBO son temas cruciales que merecen más atención, y entender su impacto en la salud es el primer paso para abordarlos adecuadamente. Adoptar hábitos alimenticios saludables, el uso responsable de antibióticos y el apoyo de profesionales de la salud pueden ser estrategias fundamentales para mantener un equilibrio intestinal y promover un bienestar integral. Recuerda, tu intestino es mucho más que solo un sistema de digestión; es el pilar de tu salud global.
Por Estela Fuentes 24 de julio de 2023
En los últimos años, ha habido un creciente interés en la relación entre nuestra salud y el fascinante mundo de microorganismos que habitan en nuestro intestino. Nos referimos a ellos como "microbiota" y "microbioma intestinal". Estos diminutos habitantes desempeñan un papel vital en nuestra vida diaria, afectando desde la digestión hasta el sistema inmunológico. En esta entrada de blog, nos aventuraremos en el misterioso universo dentro de nosotros para explorar cómo la microbiota y el microbioma intestinal influyen en nuestra salud y bienestar. ¿Qué es la microbiota intestinal? Para muchos, la idea de que nuestro intestino alberga miles de millones de microorganismos puede parecer inquietante, pero la realidad es que la microbiota intestinal es esencial para nuestra supervivencia. La microbiota intestinal se refiere a la comunidad diversa de bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que residen en nuestro tracto gastrointestinal. En total, estos seres microscópicos pueden llegar a pesar hasta 2 kilogramos. Sin embargo, no debemos temerles, ya que la mayoría de ellos son inofensivos y, de hecho, proporcionan innumerables beneficios para nuestra salud. ¿Qué es el microbioma intestinal? A menudo, los términos "microbiota" y "microbioma" se utilizan indistintamente, pero es importante diferenciarlos. Mientras que la microbiota se refiere a los propios microorganismos, el microbioma es el conjunto completo de sus genes, funciones y la interacción con nuestro cuerpo. Es como una biblioteca de información biológica que influye en una amplia gama de procesos fisiológicos. ¿Cómo influyen en nuestra salud? El microbioma intestinal tiene un impacto significativo en nuestro bienestar general. Aquí hay algunas formas en las que influyen en nuestra salud: 1. Digestión y metabolismo: La microbiota juega un papel clave en la digestión de alimentos y la absorción de nutrientes. Algunos microorganismos descomponen los alimentos que nuestro cuerpo no puede procesar por sí solo, lo que nos permite aprovechar mejor los nutrientes. Otros sintetizan vitaminas del grupo B y vitamina K 2. Sistema inmunológico: La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento de nuestro sistema inmunológico. Estimulan la producción de células inmunitarias y nos ayudan a defendernos contra patógenos dañinos. 3. Salud mental: Existe una creciente evidencia de que la microbiota intestinal también influye en nuestra salud mental y emocional. Se ha observado una conexión entre la salud intestinal y trastornos como la ansiedad y la depresión. Algunos microorganismos son capaces de sintetizar neurotrasmisores. 4. Enfermedades y trastornos: Desequilibrios en la microbiota intestinal, conocidos como disbiosis, se han relacionado con diversas afecciones, como enfermedades inflamatorias intestinales, obesidad, diabetes tipo 2 e incluso enfermedades cardiovasculares. Conclusión: La investigación sobre la microbiota y el microbioma intestinal ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, revelando el sorprendente impacto que estos diminutos habitantes tienen en nuestra salud y bienestar. A medida que nuestra comprensión de este fascinante universo continúa expandiéndose, también lo hacen las oportunidades para desarrollar terapias y tratamientos que puedan mejorar nuestra calidad de vida a través de un enfoque en la salud intestinal. Así que la próxima vez que te preguntes qué hay dentro de ti, recuerda que llevas un mundo entero de microorganismos que trabajan incansablemente para mantener tu cuerpo funcionando en armonía.
Por Estela Fuentes 19 de julio de 2023
El intestino permeable, también conocido como permeabilidad intestinal aumentada, es una condición en la cual las uniones estrechas entre las células del revestimiento intestinal se vuelven más laxas, permitiendo que sustancias indeseables atraviesen la barrera intestinal y entren en el torrente sanguíneo. Esto puede desencadenar una respuesta inmunitaria y provocar una serie de síntomas y complicaciones asociadas a diversas enfermedades. Una de las proteínas clave involucradas en la regulación de la permeabilidad intestinal es la zonulina. La zonulina es una proteína que controla las uniones estrechas entre las células intestinales, asegurando que permanezcan cerradas y manteniendo la integridad de la barrera intestinal. Si sospechas que podrías tener el intestino permeable, medir los niveles de zonulina puede ser una forma útil de evaluar la permeabilidad intestinal. La zonulina se puede medir en muestras biológicas como suero, plasma o heces mediante ensayos específicos diseñados para detectar y cuantificar la proteína. Es importante destacar que la medición de la zonulina no es un diagnóstico definitivo de intestino permeable, pero puede proporcionar indicios sobre el estado de la permeabilidad intestinal. Si los niveles de zonulina están elevados, puede ser una señal de que las uniones estrechas en el intestino están más abiertas de lo normal, lo que podría indicar una mayor permeabilidad. El tratamiento del intestino permeable generalmente implica abordar las causas subyacentes, como cambios en la dieta, reducción del estrés, suplementación y tratamiento de afecciones asociadas. Un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida y posiblemente terapias médicas puede ayudar a mejorar la salud intestinal y reducir los síntomas relacionados con la permeabilidad intestinal aumentada.
Por Estela Fuentes 19 de julio de 2023
Cuando hablamos de intestino permeable, nos referimos a la capacidad aumentada del revestimiento intestinal para permitir el paso de sustancias no deseadas, como bacterias, toxinas y fragmentos de alimentos no digeridos, hacia el torrente sanguíneo. Esta condición puede desencadenar respuestas inflamatorias en el cuerpo y, potencialmente, contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes y otros problemas de salud. El papel del sistema inmunológico y la salud intestinal: Un aspecto crucial que ha ganado gran relevancia es la estrecha relación entre el sistema inmunológico y el intestino. Investigaciones recientes han revelado que más del 80% de las células inmunológicas residen en el tejido linfático asociado al intestino. Por ende, cualquier alteración en la salud intestinal puede tener un impacto negativo en la función inmunológica, comprometiendo nuestra capacidad para defendernos contra patógenos y mantener un equilibrio interno. El impacto de la salud intestinal en otros sistemas del cuerpo: Los problemas de piel, como el acné, las alergias y los desequilibrios hormonales, junto con los trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad, también pueden estar estrechamente relacionados con la salud intestinal comprometida. Estas conexiones se dan por varias vías, incluyendo la influencia de la inflamación sistémica, los desequilibrios hormonales y la comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro y el eje intestino-piel. El camino hacia una salud intestinal restaurada: Afortunadamente, hay medidas que podemos tomar para mejorar la salud de nuestro intestino y, en consecuencia, nuestra salud en general. Cuidar nuestra microbiota, mantener una alimentación adecuada y llevar un estilo de vida saludable son factores fundamentales para lograrlo. 1. Cuidar la microbiota: Nuestro intestino alberga una comunidad de microorganismos, conocida como microbiota, que juega un papel vital en la digestión y el equilibrio del sistema inmunológico.Consumir alimentos ricos en probióticos y prebióticos puede ayudar a promover un equilibrio óptimo en la microbiota intestinal . 2. Alimentación saludable: Una dieta equilibrada y rica en fibra es esencial para la salud intestinal. Reducir el consumo de alimentos procesados y azúcares refinados puede disminuir la inflamación y favorecer un ambiente más propicio para el intestino. 3. Estilo de vida saludable: El estrés y la falta de sueño pueden afectar negativamente la salud intestinal. Practicar técnicas de relajación y asegurar un descanso adecuado contribuirán significativamente a la salud de nuestro sistema digestivo. Conclusión: El intestino permeable y su impacto en la salud son un área de estudio apasionante y en constante evolución. La comprensión de esta conexión entre el intestino y el resto del cuerpo nos brinda la oportunidad de tomar medidas proactivas para proteger nuestra salud y bienestar en general. Al cuidar nuestra microbiota, mantener una alimentación equilibrada y llevar un estilo de vida saludable, podemos trabajar hacia una salud intestinal restaurada y, en consecuencia, una vida más plena y activa. Recuerda siempre consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada y tomar decisiones informadas sobre tu bienestar.
Por Estela Fuentes 28 de junio de 2023
La primera vía es a través del nervio vago, que es el décimo par craneal y tiene una conexión directa entre el cerebro y el tracto gastrointestinal. A través del nervio vago, las señales pueden transmitirse en ambas direcciones, lo que permite una comunicación rápida entre el intestino y el cerebro. La segunda vía es la vía sistémica, que implica la liberación de hormonas, metabolitos y neurotransmisores producidos por la microbiota intestinal. Estas moléculas pueden ingresar a la circulación sanguínea y llegar al cerebro, donde pueden influir en la función cerebral y el estado de ánimo. La tercera vía es el sistema inmune, específicamente a través de la acción de las citocinas, que son proteínas liberadas por células del sistema inmunitario en respuesta a la presencia de microorganismos o inflamación. Estas citocinas pueden afectar la función cerebral y el comportamiento a través de su acción en el sistema nervioso central. La interacción entre la microbiota intestinal y el cerebro es un área activa de investigación y se ha sugerido que desequilibrios en esta comunicación pueden estar relacionados con diversos trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión, la ansiedad y el autismo. Comprender mejor el eje intestino-cerebro puede tener implicaciones importantes para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas en el campo de la salud mental y gastrointestinal. Efectivamente, el eje intestino-cerebro está compuesto por varios elementos interconectados, incluyendo la microbiota, el sistema nervioso entérico, el sistema nervioso autónomo, el sistema neuroendocrino, el sistema neuroinmune y el sistema nervioso central. El sistema nervioso entérico es una red compleja de neuronas que se encuentra en la pared del tracto gastrointestinal y es responsable de regular las funciones básicas del sistema digestivo, como la motilidad y la secreción de mucosa. Por otro lado, el nervio vago establece una conexión directa entre el cerebro y el intestino, permitiendo una comunicación bidireccional entre ambos. El sistema neuroendocrino también desempeña un papel importante en este eje, ya que las células neuroendocrinas presentes en el intestino pueden liberar hormonas y neurotransmisores que afectan tanto al sistema nervioso como al sistema inmunológico. Además, el sistema nervioso autónomo, que controla las funciones involuntarias del cuerpo, incluyendo las del tracto gastrointestinal, también está implicado en la comunicación entre el intestino y el cerebro. El sistema neuroinmune, que involucra la interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, también desempeña un papel relevante en este eje. Las células del sistema inmunológico presentes en el intestino pueden liberar citocinas y otros mediadores que pueden afectar la función cerebral. Las alteraciones en la composición de la microbiota, conocidas como disbiosis, se han relacionado con diversas enfermedades y trastornos, incluyendo la encefalopatía hepática, la ansiedad, el autismo y el síndrome del intestino irritable. Estas alteraciones en la microbiota pueden afectar la motilidad gastrointestinal, las secreciones y la sensibilidad visceral, y a su vez, influir en la función de las células neuroendocrinas y del sistema inmunológico, lo que puede tener implicaciones en la manifestación de síntomas psiquiátricos. Además, estudios en modelos animales han demostrado que diferentes situaciones de estrés pueden alterar la composición de la microbiota, lo que sugiere una comunicación bidireccional en este eje. Es decir, la microbiota puede influir en el comportamiento humano, y a su vez, las alteraciones en el eje intestino-cerebro pueden afectar la composición de la microbiota. En resumen, el eje intestino-cerebro es un sistema complejo de comunicación bidireccional que involucra la microbiota, el sistema nervioso entérico, el sistema nervioso autónomo, el sistema neuroendocrino, el sistema neuroinmune y el sistema nervioso central. Las alteraciones en este eje se han asociado con diversas enfermedades y trastornos, y comprender mejor su funcionamiento puede tener implicaciones importantes para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades tanto gastrointestinales como psiquiátricas.
Por Estela Fuentes 12 de junio de 2023
La microbiota fetal, se refiere a las bacterias y otros microorganismos presentes en el tracto gastrointestinal de un feto en desarrollo, está influenciada principalmente por la microbiota materna durante el embarazo. Hasta hace muy poco tiempo, se pensaba que la barrera placentaria mantenía estéril al feto, hoy sabemos que no es así. Esta microbiota fetal, se verá directamente influenciada por la microbiota oral de la madre, (por este motivo es tan importante acudir al odontólogo durante el embarazo), la microbiota vaginal y por la microbiota intestinal de la mamá. La microbiota en la vida temprana juega un papel crucial en la salud del bebé y tiene implicaciones a largo plazo. Los últimos estudios abordan varios aspectos importantes relacionados con la microbiota durante el embarazo, el parto, el período perinatal y su impacto en la salud a largo plazo del lactante. Es correcto afirmar que la microbiota intestinal es un sistema modificable y está influenciada por diversos factores, como la dieta, el estilo de vida, los medicamentos y el medio ambiente. Esta comunidad microbiana compuesta por bacterias, virus, hongos, arqueas, protozoos y otros microorganismos desempeña un papel crucial en la salud y el funcionamiento del sistema inmunológico. La exposición a diferentes microorganismos, ya sean patógenos o comensales, tiene un efecto de "entrenamiento inmunológico". Esta exposición temprana contribuye a desarrollar respuestas inmunitarias eficientes y nos permite distinguir entre antígenos propios, no propios y patógenos. Esta interacción entre la microbiota y el sistema inmunológico es esencial para mantener un equilibrio saludable y prevenir enfermedades. Cuando ocurre una disbiosis en los primeros 1.000 días de vida, es decir, un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, puede alterar este proceso de entrenamiento inmunológico y "programar" el desarrollo de diversas enfermedades. La disbiosis se refiere a una alteración en la diversidad, abundancia o equilibrio de microorganismos en la microbiota. Investigaciones recientes han sugerido que la disbiosis en la microbiota intestinal se asocia con el desarrollo de enfermedades crónicas, como trastornos metabólicos, enfermedades autoinmunes y alergias. También se observan ASOCIACIONES entre la composición de la microbiota y desórdenes NEUROPSIQUIÁTRICOS: temperamento, falta de atención e impulsividad, autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión. Esto destaca la importancia de mantener una microbiota saludable desde los primeros días de vida para prevenir el desarrollo de estas enfermedades en el futuro. ¿Qué factores influyen en la programación de la microbiota del bebé? 1.-Factores como la dieta materna, el uso de antibióticos, las infecciones, el estrés y la salud metabólica de la mamá, afectan a la microbiota materna y, por lo tanto, influyenn en la salud del bebé. 2.- La importancia del parto en la colonización microbiana: El modo de parto (vaginal o cesárea) y la edad gestacional afecta a la primera colonización microbiana del bebé. Durante el parto vaginal, el bebé entra en contacto con la microbiota vaginal de la madre, lo que tiene un impacto positivo en la diversidad microbiana. En contraste, los bebés nacidos por cesárea tienen una colonización microbiana más similar a la piel y el entorno hospitalario. 3. Colonización de la microbiota durante el período perinatal: La colonización de la microbiota del lactante está influenciada por varios factores, como el tipo de lactancia (materna o artificial), la dieta materna, el estilo de vida familiar, el tener o no mascotas, el tener o no hermanos, la ubicación geográfica y la genética. La lactancia materna proporciona bacterias beneficiosas y nutrientes que promueven un microbioma saludable. Poseer una buena microbiota en la vida temprana puede tener un valor predictivo para la salud futura y tenemos 1.000 días de oportunidad para hacer una buena programación. Aprovechémosla.
¿Cómo es un tratamiento PNIE? ¿qué  puedes esperar? ¿qué palancas empleamos?
29 de agosto de 2022
Mi objetivo es que que tú te hagas el dueño de tu salud, yo te explicaré las causas y/o el camino que te ha llevado a tu situación y cómo puedes salir mediante un cambio consciente en tu estilo de vida. Se trata de implementar nuevos hábitos en distintas esferas de tu vida de manera gradual que requerirán sobre todo de tu compromiso e implicación que se verá reforzado por con el apoyo y diálogo constante entre nosotros. Nuestro tratamiento se apoya en una serie de pilares básicos, no significa que deban aplicarse ni siempre ni todos a la vez: Intervención nutricional o alimenticia dirigida a regular la inflamación del cuerpo y aportar los elementos necesarios para su reparación, tomando el intestino como órgano básico de comunicación con el exterior y sistema inmune, así como de procesado y desintoxicación de los alimentos, junto con el sistema páncreas-hígado. Intervención a nivel de suplementación , siempre en dosis terapéuticas. Esta parte incluye la fitoterapia, así como productos de medicina ortomolecular como el omega 3 (EPA o DHA ), vitamina D3, vitamina C o enzimas digestivas. Ritmos circadianos , como reguladores principales a nivel hormonal: horas de sueño, producción de melatonina, hábitos antes de irse a dormir, exposición a luz natural, horario fisiológico de las comidas o ayunos. Ejercicio físico y/o movimiento , como parte fundamental del estilo de vida de una vida saludable. Siempre adaptado a la persona, a sus necesidades, a la ciencia que lo avale para ayudar a sus síntomas y/o patología. Gestión de estrés mediante diferentes técnicas, siempre adaptado a las necesidades del paciente. Sabemos que cambiar de hábitos no es fácil, la clave del éxito de nuestro método es estar disponibles para ti cuando nos necesites, estamos ahí para resolver tus dudas cuando surjan, para entenderte y ayudarte en los momentos que se haga más cuesta arriba y también para compartir y alegrarnos de tus pequeños éxitos diarios. ¿Empezamos?
¿Cómo trabajamos PNIE?
28 de agosto de 2022
Te explicamos de forma detallada cómo es nuestra metodología PNIE
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